El pasado 10 de noviembre tuve el privilegio de escuchar a Luis Rojas Marcos, en el XI Congreso de Empresa Familiar.

Durante la conferencia ‘Optimismo ante la Adversidad’, el profesor Rojas Marcos recomendó a los empresarios expresar más sus emociones para elevar su nivel de optimismo y así mejorar su calidad de vida. «Si no tenemos con quien hablar, hay que hablarle al perro o a una planta. Podemos incluso hablar solos en alto, mirándonos al espejo, aunque piensen que estamos locos», propuso. Nos convenció a todos de que tenemos que hablar más, ya que expresar emociones es bueno para el corazón y para la mente. Quien habla, tiene menos posibilidad de morir de enfermedades cardiacas, aseguró.

Además de hablar, el psiquiatra advirtió de que, para aumentar el nivel de optimismo y beneficiarse de sus ventajas es imprescindible vincularse a un grupo, bien estrechando lazos familiares o compartiendo aficiones, porque eso mejora nuestra capacidad de adaptación, fomenta el sentido del humor, y reírse incluso sin ganas hace que nos sintamos mejor.

Es imprescindible también trabajar con constancia, la espiritualidad; realizar ejercicio físico y desarrollar acciones desinteresadas por los demás, como participar en una ONG o en voluntariados. Esto hace que fumemos menos, bebamos menos, hablemos más y aumente nuestra autoestima.

Otro de los secretos para ser más optimistas radica en «diversificar» los esfuerzos. Al igual que se hace en el mundo económico, también en la esfera social o emocional por si fallan nuestras esperanzas en algún ámbito, podamos «equilibrar pérdidas» en otro.

Pongámonos a ello y esperemos resultados.