Como cada mes de febrero, ARCO mostró en Madrid una selección de galerías nacionales e internacionales. En esta ocasión me acerqué a la capital para ver el panorama artístico que ofrece esta feria. El mío fue un largo e intenso paseo por unos pasillos de Ifema más amplios y despejados de visitantes que en ediciones anteriores, en el que me crucé con un gran número de galerías que este año habían confiado en sus apuestas más seguras: artistas afianzados y las obras con más posibilidades de venta, para enfrentarse a las previsiones  agoreras y poder regresar a casa con un balance  positivo.

(Entre todo esto, una variedad de artistas internacionales con pase vip al cuello, modernos españoles de domingo, curiosos en busca de la escultura de las tres religiones que el telediario ha hecho imprescindible este año, los besos y abrazos obligados de los profesionales y un montón de gente agotada de tanto mirar y mirar).

En el ambiente, la eterna palabra: la crisis estaba en todas las conversaciones. El motivo de que la afluencia a la feria no haya sido la misma por parte de visitantes y profesionales, de que las ventas se pronosticaran flojas (que no fueron tanto), de la precariedad laboral de los artistas, de la disminución de ayudas públicas… pero también el pretexto de la creación artística. En muchas obras vemos que los artistas han partido del tema de la crisis para realizar una reflexión sobre la situación actual y devolvernos un reflejo del tiempo en que vivimos.

Yo me he quedado con una imagen en la cabeza, “La Traca Final”, de Karmelo Bermejo. El joven artista malagueño ha hecho una escenificación de los comportamientos económicos durante la acción que recoge esta fotografía: en el acto de clausura de la feria de Miami Art Bassel se quemó una traca de fuegos artificiales que había sido pagada mediante un crédito bancario, y el fuego formaba la palabra “Recession”.  Creo que es una obra que invita a la reflexión y nos sacude al contemplar las contradicciones del uso del dinero y las consecuencias que sufrimos globalmente. En todos los ámbitos percibimos que nuestro tiempo es un tiempo de cambios y los artistas lo están expresando en sus obras. La situación económica no ha mermado su creatividad, sino que la está agitando y nos están empezando a mostrar sus reflexiones.